“Por el mismo tiempo enviaron al Estrimón diez mil colonos, en parte propios y en parte de sus aliados, con la intención de colonizar el lugar que entonces se llamaba Nueve Caminos y ahora Anfípolis”. (Tucídides. Historia de la guerra del Peloponeso.  Libro I, 100,3)

Acceso

En la Egnatía Odós nos salimos en el enlace en que se señala Anfípolis y siguiendo esa dirección llegamos al yacimiento. El yacimiento es sólo parcialmente visitable.

Historia

La ciudad de Amfípolis ocupaba una posición estratégica en la desembocadura del río Strimón que daba fácil acceso a la Tracia interior. La región ofrecía recursos de madera y minas de oro y plata. Por este motivo, el lugar estuvo ocupado ininterrumpidamente desde la prehistoria hasta mediados del siglo VI a.C. por un asentamiento con el nombre de Ennea Odoi (Nueve Caminos) que las excavaciones han identificado en la llamada colina 133.

A finales del siglo VI a.C., fracasó un intento de los parios de ocupar el lugar, como también el de los milesios en el 498 a.C. Sin embargo, Atenas en el 476 a.C. al mando de Cimón logró tomar Ηιόνα, el último baluarte persa en la desembocadura del río. 

En el 465 a.C. los atenienses, con un ejército de 10.000 selectos colonizadores al mando de  Léagros y Sofanis tomaron Ennea Odoi, pero cuando intentaron penetrar tierra adentro, fueron masacrados por los tracios en la aldea de Drabescos. Los atenienses solo triunfaron en su intento en el 437 a.C., cuando un nuevo contingente de colonizadores al mando del oikistís Ágnonas, hijo del Nicias, terminaron por fundar Amfípolis en el lugar de Ennea Odoi.   

Amfípolis no era miembro de la Liga Ateniense y ni siquiera pagaba impuestos, sino que era una ciudad libre, aliada de Atenas. Sin embargo, los lazos que la unían con la metrópolis se mantuvieron sólo durante trece años.

El 424 a.C. el general espartano Brásidas conquistó la ciudad. La campaña del demagogo ateniense Cleón del año 422 a.C. con un importante contingente militar no obtuvo ningún resultado. 

Sim embargo, de acuerdo con las condiciones de la paz de Nicias del 421 a.C., los lacedemonios y sus aliados debían devolver la ciudad de Amfípolis a los atenienses. Sin embargo, sus habitantes se negaron a someterse al dominio de Atenas y parece que la ciudad permaneció libre hasta que la ocuparon los macedonios.

Tres campañas subsiguientes de los atenienses los años 414, 374 y 370 a.C. no tuvieron éxito en la toma de la ciudad. Con una derrota acabaron también los intentos del general Timoteo en los años 363 y 360 – 359 a.C.

Filipo II ocupó Amfípolis el año 358 – 357 a.C. y la utilizó como base de operaciones para sus conquistas al este del Strimón. Durante toda la época helenística hasta la disolución del estado macedonio tras la batalla de Pidna en 168 a.C., Amfípolis es el centro comercial del estado y de la explotación de todas las ricas minas de la región y una de las cecas más importantes del estado macedonio. Fue utilizada, además, como base naval por Alejandro Magno para sus conquistas en Asia.

En 168 a.C. el cónsul Emilio Pablo toma la ciudad que pasa a ser la capital de la Primera Provincia Macedonia (de las cuatro en que se dividió) del imperio romano. Esta situación llega hasta el año 148 a.C. en el que Macedonia pasa a ser una provincia del imperio romano.  

El yacimiento

En 1894 el arqueólogo francés P.Perdrizet investigó cerca del pueblo de Παλαιοχώμη una tumba macedónica que es conocida hoy en día como tumba Παλαιοχώμη.

Después de la primera guerra mundial, el profesor Στρ. Πελεκίδης, en 1918 – 1919 realizó investigaciones en Amfípolis donde descubrió una gran parte de la Basílica A´, un pequeño sector de la muralla y viviendas.

Desde 1956 empezaron bajo la dirección de Δημήτριος Λαζαρίδης las excavaciones del Servicio de Arqueología subvencionadas por el Ministerio de Cultura que continúan hasta hoy en día.

Durante los periodos de excavación de los años 1956 – 1961 y del año 1964 salieron a la luz unas 400 tumbas de los tipos: macedonio escavado, cista y simple fosa. El año 1960 se encontró la más importante de todas ellas, la llamada Tumba macedónica 1, sin profanar, debajo de un túmulo que se encuentra frente al lado este de la ciudad. Más al sur, en la curva de la carretera, se encontró en 1961 la Tumba macedónica 2, que, sin embargo, estaba profanada.

Después de la investigación de las necrópolis se continuó con la de la ciudad.

El punto de partida para el recorrido del yacimiento será el Museo Arqueológico (1). La gran muralla (3) se conserva hasta los últimos tiempos de la ciudad al este del museo y es evidente que aquí existía una torre. Hoy en día son visibles varios de sus tramos.

Cerca del museo se ha excavado un complejo de viviendas de la época clásica (2) en el cual hay una tumba de cista. La situación de la tumba en el interior de las murallas y la existencia de un edificio sobre la tumba llevan a la conclusión de que se trata de la tumba de un personaje importante de la antigua Amfípolis. La urna funeraria de plata y la corona de oro encontrada en su interior, así como la datación del complejo (finales del siglo V – principios del siglo IV a.C.) no excluyen la conexión de la tumba con Brásidas, el cual, de acuerdo con Tucídides, fue enterrado en el interior de la ciudad y recibió culto como héroe – oikistís de Amfípolis.

Continuando en dirección norte con el coche por la carretera asfaltada llegamos a una intersección, giramos a la izquierda y bajamos hasta el río. Cogemos el primer camino que nos encontramos frente a nosotros el cual nos conduce hasta el sector norte de la gran muralla (3), detrás del antiguo edificio de la estación de tren. Aquí, entre dos escarpadas colinas, hay un valle triangular, paralelo al río, y a una distancia de unos 200 m de éste se extiende un impresionante tramo (167 m) de la muralla que en muchos puntos se conserva en una altura de 7,25 m.   

Siguiendo por el NE, después de una esquina de la muralla, encontramos una obra singular: una gran obra de drenaje para aguas de lluvia de 8,05 m de anchura. Consta de siete desagües y seis pilares de sección triangular curva en la punta. Más a la derecha, en la cara interior de la muralla, se descubrió una impresionante escalera, de la que se conservan 13 escalones, que conduce al camino superior de la muralla. Al pie de la escalera se conserva una poterna de sección triangular, lugar para algún arquero o guardián de la puerta que se encuentra cerca. Hay dos puertas: la primera a nuestra derecha es la puerta del periodo helenístico (A) y se encuentra a dos metros sobre la base de la muralla. Esta puerta se abrió cuando los aluviones cegaron la puerta de época clásica (A), que se encuentra a su derecha en el nivel inicial de la muralla. Se trata de una de las puertas más importantes de las llamadas por Tucídides “puertas tracias”, donde existe un patio interior y otro exterior de 9,4 x 3,4 m. Todavía más al oeste encontramos una segunda obra de drenaje de 4,07 m de anchura, excepcionalmente conservada. Consta de dos pilares y tres desagües. La muralla, construida con un excelente sistema isodómico, se conserva aquí en una altura de 6,25 m y termina en la ladera de la colina oeste.

Frente al tramo norte de la muralla, y a una distancia de 1,20 m de ésta, al oeste del primer sistema de colectores, se descubrió un pequeño edificio rectangular de 7,85 x 5,95 m, que se divide por una pared interior en dos espacios desiguales, de los cuales el sur, de dimensiones 5,70 x 1,56 m parece que se añadió más tarde al edificio original. La construcción es paralela a la muralla a un nivel inferior de la base de la muralla y parece que es anterior a ésta. En la mitad del espacio mayor se encontró un pozo conformado por una gran tinaja de 80 cm de profundidad, de la cual su parte inferior se había cortado antes de su colocación. En torno a la boca del pozo de 0,50 m de diámetro que se cubría con una tapa de terracota, se encontraron diferentes figuritas femeninas, algunas de finales de la época arcaica y otras de mediados del siglo V a.C.

En la esquina SE del espacio más grande se encontró un almacén que contenía 50 vasijas colocadas en orden cerca de las paredes. De éstas, tres son kernoi y el resto pequeñísimas hidrías de mediados del siglo V a.C. que parece fueran ofrendas. Esto indicaría que el espacio era un pequeño santuario de alguna diosa, quizás un thesmoforio (4), un simple espacio al aire libre sin techo, pues no se encontraron tejas durante las excavaciones. 

Si este santuario, de acuerdo con los restos encontrados en él, puede datarse de antes del 437 a.C., sería otra prueba de que el asentamiento existía antes de su fundación por los atenienses. 

Entre la torre bizantina (5) y una colina que sube en dirección la Strimón, se excavó un tramo de la gran muralla (3) de 108 m de longitud, de cuidada construcción, que puede pertenecer a la época clásica o a la helenística.  En este tramo había un edificio clásico que se incorporó a la muralla en un tiempo posterior. Está constituido por seis pilares de 1 x 2 m de sección de igual distancia entre ellos, mientras que en su interior están las basas de piedra de poros colocadas en una línea paralela a la de los pilares. Sobre estas basas se levantaban pilares de madera para sostener el techo. El lado norte del edificio se encuentra en un relativo buen estado de conservación y a lo largo de él se encontró un camino pavimentado que se utilizaba también como caz para la recogida de las aguas de lluvia ya que acaba en una pequeña obra de drenaje de un pilar y dos desagües. Parecida obra de drenaje se ha encontrado en el subtramo sur de este sector de la muralla. Este camino pavimentado a otro edificio del cual sólo han salido a la luz un gran umbral y un trozo de su fachada. Quizás se trate de una vivienda.

Si los pilares y las basas encontradas corresponden a una stoa ésta pudo pertenecer, de acuerdo con los hallazgos encontrados, a un pequeño santuario de Artemisa Taurópolos.

Giramos en el camino de tierra y continuamos en dirección oeste y después de un espacio vacío llegamos a otro tramo de la gran muralla (3). Su primer tramo pertenece a una fase posterior, pero a continuación el tramo pertenece a la época clásica y con toda seguridad fue construido entre los años 424 y 422 a.C. Continuando hacia el oeste encontramos frente a la muralla los cimientos de una gran casa dividida en dos por la muralla, lo que indica que es anterior a esta y puede que sea un segundo indicio de que existía un asentamiento anterior a la fundación de la ciudad por los griegos, es decir, se trataría de una vivienda del asentamiento conocido como Ennea Odoi.

Avanzando hacia el oeste nos encontramos con la Puerta B que presenta diferentes fases de construcción siendo la última a la que pertenece el patio exterior. A una distancia de unos 70 m al oeste de la puerta nos encontramos con una torre circular inscrita en otra cuadrangular de época helenística construida para sustituir a la circular. Entre la puerta B y la torre circular encontramos obras de drenaje. El único motivo por el que se construyó este tramo de la muralla fue para acoger en las murallas al antiguo puente que, de acuerdo con Tucídides, durante la ocupación de la ciudad por Brásidas, se encontraba protegido únicamente por una pequeña fortaleza.

El tramo de la muralla que se desarrolla entre la torre circular y la puerta del puente está penetrado por obras de drenaje de planta trapezoidal. Se conservan 13 de ellas, aunque es posible que el sistema de obras de drenaje se extendiera hasta la puerta del puente. Este tramo de la muralla era el más frágil pues era el que más peligraba con las crecidas del río.

A 61,5 m al oeste de la torre circular estaba la Puerta C, la más grande y fortificada de la ciudad. Tenía unas dimensiones de 13,4 x 9 m, con muros de 2 m de espesor. En esta puerta terminaba el puente (6). La puerta dista del río Strimón 42,30 m. En este espacio, al norte de la puerta, se han encontrado cientos de pilotes de sección cuadrada o circular que parece que pertenecen a dos épocas distintas: los que se encontraron en un nivel inferior, que son los de mayores dimensiones, pertenecen a la época clásica, mientras que los encontrados en un nivel más alto pertenecen a la época romana o bizantina. Particularmente impresionantes son los grupos de troncos y pilotes que se encuentran a 14, 5 m de la orilla del río y que pertenecían a la estructura del puente. Se encuentran en doce filas conformando una anchura de 4 a 6 m, que sería también la anchura del puente. Las cabezas de los pilotes estaban talladas para colocar sobre ellas unas piezas de hierro puntiagudas. El puente era de madera y data del siglo V a.C.   

Subiendo la colina al SO de la puerta del puente nos encontramos cada cierto espacio tramos de la muralla. Avanzando en dirección sur llegaremos a un tramo de 70 m de longitud que acaba en una torre circular. Continuando encontramos tramos de la muralla muy mal conservados y dos torres circulares más. En el tramo más al sur de la muralla, después de una torre cuadrangular, se encuentra una de las puertas más importantes de la muralla, la Puerta D, también llamada puerta de Augusto. Esta puerta pertenecía en un principio a la muralla de la época clásica, pero fue reconstruida varias veces después de su construcción y hasta la época de Augusto ya que durante este periodo de tiempo la altura del terreno se incrementó en unos tres metros. Está constituida por un patio exterior de dimensiones 6,8 x 4,7 m, y un espacio pavimentado en su interior. En conjunto, sus dimensiones son de 10 x 10,25 m. En época de Augusto era la puerta principal de acceso a la ciudad que la unía, además, con la Vía Egnatía.    

Si queremos completar el recorrido de la gran muralla (3), que lleva más o menos una hora y media, continuamos paralelos a la carretera encontrándonos de vez en cuando pequeños tramos de la muralla. Una vez pasado el gimnasio, llegamos a un pequeño tramo de la muralla de 8,7 m de longitud que pertenece al siglo V a.C. Tuvo que haber cerca de él una puerta o una poterna, como se deduce de la abertura en uno de sus lados, y frente a él una gran torre circular de la cual se conservan sólo tres bloques de la cimentación. A continuación, el muro se conserva muy bien, pero pertenece a la época romana. Para su construcción se utilizó material antiguo, mortero y tejas.

Continuando en sentido norte nos encontramos una de las torres más importantes, la llamada Torre de Koukles, debido al montón de figuritas que se encontraron en este lugar. La torre presenta sucesivas fases de construcción desde la época helenística a la bizantina.

Después de pasar varios tramos de la muralla romana llegamos a un tramo de muralla de la época clásica. Tiene una longitud de unos 220 m y está construido con el sistema isodómico. Antes nos encontramos con una torre de dimensiones 7,14 x 3,06 m e inmediatamente un tramo de muralla de la época clásica de 59,50 m de muy cuidada construcción.

A distancia de unos 32 m hacia el norte desde la torre, se encontraron los cimientos de un bastión, o de un patio fortificado de una puerta, de dimensiones interiores 9,10 x 8,50 m. Continuando hacia el norte encontramos una torre semicircular de 7,40 m de diámetro y después de ésta el lugar de una puerta, la llamada Puerta E. Los restos de la muralla se conservan todavía más al norte. Después de una esquina, donde se conservan restos de una torre cuadrada, continuando más hacia el norte llegamos a un bastión de época helenística. Desde un tramo de la muralla clásica parten dos tramos que dejan entre ellos una abertura de 4 m y avanzando unos 18 m en el tramo norte y unos 15 m en el tramo sur, fuera de la línea de la muralla, llegamos a una torre circular de 10,30 m de diámetro exterior. Después la muralla se halla muy deteriorada, aunque podemos seguir su recorrido hasta llegar a los restos de la torre del museo de la que partimos.

Antes de coger el camino para nuestro segundo recorrido en la acrópolis podemos visitar dos pequeños santuarios, el de Clío y el de Attis, que junto con el Thesmoforio constituyen la tríada de santuarios que han aparecido hasta hoy en el yacimiento.

Del santuario de la Musa Clío (7) se conservan sólo dos muros, el muro norte de 8 m de longitud y 1,84 m de altura y el muro oriental de 8,75 m de longitud y 1,92 m de altura, ambos de cuidada construcción en el sistema poligonal. Es posible que el santuario estuviera abierto por el lado sur, donde había una fila de pilares, de los cuales una basa se encontró en su posición original. A distancia de 5 m del muro este se encontró una pira con cenizas de huesos de animales, así como trozos de vasijas y figuritas. El santuario data de la primera mitad del siglo IV a.C.  Además, el culto al rey tracio Reso, hijo de Eyoneo y y de la Musa Clío, era el culto más antiguo conocido en Amfípolis. (Homeo, Ilíada. Canto X, 432 – 442). 

Al igual que el anterior, el santuario de Attis (8) se encuentra al NO del pueblo, al final del camino que empieza frente a la actual iglesia. Se trata de un pequeño santuario en forma de Π de dimensiones 9 x 4,1 m construido en piedra de poros. Tiene un patio interior pavimentado con guijarros, en cuyo centro se descubrió una pira circular. A lo largo del muro oeste se encontró una fila de pedestales de ofrendas (estelas y esculturas). Data del siglo II a.C.

Además de la gran muralla, un segundo recinto fortificado rodea a la acrópolis. Se trata de la muralla de la acrópolis (9), con una longitud de 2.200 m.

En el extremo oeste de la acrópolis, en el interior de la muralla de época clásica, se encuentra la llamada Casa de la época clásica (10) que data del siglo IV a.C. Se pueden ver los restos de dos habitaciones (a y b) de dimensiones 4,5 x 3,4 y 4,3 x 3,9 respectivamente y un pasillo (c) de 1,70 m de ancho con el que comunicaban las habitaciones a través de una entrada de anchura 1,15 m. En la esquina SE del pasillo se encontraron trozos de una bañera y de un desagüe. La casa se destruyó por un incendio. El pequeño espacio (d), al este del pasillo pertenece a una moderna ampliación o reconstrucción de la vivienda, y el muro que es perpendicular al lado sur de la habitación a, de 6,6 m de longitud parece que pertenecía a otra vivienda.

La investigación arqueológica unos metros al norte de la casa, ha confirmado la existencia de un barrio del siglo IV a.C. en el extremo más occidental de la antigua ciudad, a lo largo de la muralla, que continuó en uso durante la época helenística.

En el sector sur de Amfípolis, al SO de las basílicas paleocristianas, se ha localizado una Casa helenística (14). Del edificio se han excavado dos grandes habitaciones. La primera, de dimensiones 5,20 x 4.57 m, presenta unas paredes con mortero de colores vivos. Los frescos constan de cuadros rectangulares de 1,4 m de altura, separados por columnas jónicas. En el muro norte de la habitación a, que es la mejor conservada, los frescos se conservan en una altura de 2,6 m. En este lado hay tres cuadros rectangulares, de los cuales el de en medio está adornado con un rombo inscrito. Los cuadros están limitados por dos columnas y dos semicolumnas en las esquinas. A una distancia de 3,60 m de la esquina noroccidental de la habitación está la entrada en el lado oeste, a la que pertenece un umbral de mármol. En la esquina SE se encontró colocado en el suelo la boca de un pozo y bajo el suelo, a una profundidad de 0,42 m, se encontraron cimientos de muros que evidentemente pertenecen a un edificio anterior. 

La segunda habitación está al este de la primera y tiene unas dimensiones de 7,2 x 5,18 m, cuyo mejor conservado muro norte tiene una altura de 3,65 m. Los muros están cubiertos de   mortero blanco que imita a la construcción isodómica. El fresco se conserva en una altura de 2,12 m y muestra cuatro filas de “bloques” separadas entre ellos por tres líneas, las dos extremas rojas y la central negra.

Las dos habitaciones se comunican por una abertura en la esquina sur del muro de en medio.  A una distancia de 1,75 m al sur de las dos habitaciones ha salido a la luz un peristilo del cual se ha excavado el lado norte de 7,05 m, parte del lado este de 3,4 m y una gran parte del patio. Su suelo está pavimentado con un simple mosaico dividido en zonas de 0,60 m de anchura. En el lado norte del peristilo se encontraron las basas de tres columnas de piedra de poros cubiertas por una gruesa capa de mortero negro.

La excavación de la casa no ha finalizado, pero con los datos actuales, parece que puede datarse del siglo II a.C.

Un camino al SE de la Casa helenística nos lleva al antiguo gimnasio.

El gimnasio (15) se encuentra en el sector SE de la ciudad, entre la muralla de la acrópolis y la gran muralla. El lugar que ocupa se encuentra al lado de un arroyo que en la antigüedad llevaba agua, cosa importante para el funcionamiento del edificio.

La entrada principal del gimnasio parece que se encontraba en su lado oriental y la constituía una escalera monumental de 8,70 m de anchura de la cual doce escalones permanecen en su posición original.  Paralelamente a la escalera y detrás de ella se descubrió un muro construido con el sistema isodómico. La escalera conducía a la palestra de dimensiones 46,80 x 36,10 m.

En la esquina NE había una gran sala de baños, de 12 x 7 m, con pedestales de mármol en las paredes que soportaban bañeras de mármol. Cuatro de ellas se encontraron en el suelo de la sala. Las bañeras se abastecían de agua por un colector, que se conserva en el muro norte, y por grifos. El agua que se derramaba caía sobre el suelo pavimentado que se drenaba a través de un sistema de sumidero más colector. Había una segunda sala de baños en la esquina NO, más pequeña y muy destruida, pero con el mismo sistema de funcionamiento y drenaje. Entre las dos salas de baños había dos habitaciones. Otras cuatro habitaciones, de las mismas dimensiones que éstas, había en el lado sur de la palestra.

En el lado oeste había una stoa con cinco columnas que se utilizaba para competiciones y ejercicios. En la mitad de la parte norte de la stoa ha aparecido un suelo pavimentado con placas de terracota con forma de media elipse que se utilizaba para las competiciones de lucha. En la stoa se levantaban estelas hermaicas como las que se encuentran en el Museo. Un camino pavimentado en contacto con la stoa conducía a la segunda entrada del gimnasio, la puerta occidental.

Al norte de la stoa había una pequeña habitación de 4,83 x 3,05 m en la que se encontró el pedestal de la estatua del gimnasiarcos Απελλάς Διογένους que se encuentra en el museo.

Al NO de la palestra ha salido a la luz un sistema de cisternas para dar servicio a los atletas y al edificio.

Al N de la palestra estaba el ξυστός, un paseo bajo techado de un estadio de longitud, que se utilizaba para el entrenamiento de los atletas en la carrera cuando hacía mal tiempo. Se ha descubierto también la línea de salida del ξυστός y la del παραδρομίδος, es decir, el paseo paralelo para el entrenamiento de los atletas en la carrera cuando hacía buen tiempo.

El edificio del gimansio debió edificarse a finales de la época clásica. Después de añadidos funcionó hasta los primeros años de la época imperial cuando debió destruirse por un incendio. En esta época se clausuró la entrada este y se levantó una nueva entrada en el lado norte de la palestra con un propileo de dos columnas jónicas. El propileo conduce a una habitación de 7,20 x 7,05 m, que comunica con una entrada a la stoa norte de la palestra. 

Fuera de la gran muralla pueden verse una serie de puntos destacables del yacimiento que son los señalados a continuación.

A unos 2 km al NE del pueblo, cerca de la orilla este del Strimón, se alza la llamada colina 113 en donde se ha localizado un asentamiento prehistórico (16) queestuvo enuso desde el neolítico hasta la época arcaica.

A poca distancia al este de la colina 113, en el lugar llamado Kastás, hay una pequeña colina que tras las excavaciones se descubrió que no era tal sino un gran túmulo artificial. El túmulo de Kastás (17) está rodeado de un muro periférico de 40,80 m de longitud que en su sección mejor conservada alcanza el   los 0,8 m de altura. El túmulo tenía un perímetro de 487 m, un diámetro de 165 m y una altura de 21 m. El túmulo cubría un gran complejo funerario de unas 50 tumbas que se datan desde la Primera Edad del Hierro hasta los últimos años de la época arcaica. Es evidente que dicho cementerio era el correspondiente al asentamiento de la colina 113.

En una oblonga colina a 1,5 km al este del pueblo, se encuentra la necrópolis helenística (18) en el que han salido a la luz unas 400 tumbas que datan desde mediados del siglo IV a mediados del siglo II a.C. Son de diferentes tipos: fosas, cistas, hipogeos tipo macedonio y un sarcófago.

Al sur de la necrópolis helenística, en una loma que se alza frente al lado oriental de la ciudad, se encontró la llamada Tumba Macedónica 1 (20) que data del siglo III a.C. Estaba cubierta por un túmulo y estaba construida por grandes bloques de piedra de poros. Consta de un dromos techado con una bóveda de 5,30 m de longitud y 1,60 m de anchura, un vestíbulo y la cámara mortuoria que se ha destruido. La longitud total de la tumba es de 11,30 m. En el vestíbulo, a la derecha del visitante, está el lecho mortuorio construido con bloques de piedra de poros, que tiene 2 m de longitud, 0,97 m de anchura y una altura de 0,85 m. Dos lechos iguales que forman una esquina ortogonal, se encontraban en el fondo de la cámara mortuoria, y tenían 2 m de longitud, 1,03 m de anchura y 0,90 m de altura. Estaban cubiertos por un mortero calizo decorado con pinturas de colores vivos. A los pies del lecho y en una banda se representan formas dionisíacas sentadas en rocas o en el suelo con tirsos, pequeños leones, altares, hojas, etc. Los hallazgos encontrados en la tumba se muestran en el museo de Amfípolis.

Al SO de la Tumba Macedónica 1, cerca de la carretera, se encuentra en el lugar conocido como Mantres, la Tumba Macedónica 2 (21), que data de la segunda mitad del siglo III a.C. y está construida con bloques de piedra de poros. Consta de dromos, de 1,36 m de anchura y 6,28 m de longitud, y cámara mortuoria de 3,06 x 3,08 m. Una parte del dromos de 4,65 m de longitud está techada por placas horizontales de piedra de poros y se comunica con la cámara mortuoria mediante una entrada de 1,25 m. A lo largo del lado oeste y en parte del norte de la cámara hay un lecho en forma de Γ construido de bloques de piedra de poros, destruido en parte por los ladrones de tumbas.

En Kastás se descubrió la llamada Tumba Macedónica 3, datada como perteneciente al siglo III a.C., profanada y en parte destruida. Estaba tallada en la roca. Está constituida por un vestíbulo y una cámara mortuoria con una longitud total de 9 m y una anchura de 3,07 m. En el suelo del vestíbulo hay un mosaico con representación de rombos de colores, mientras que el suelo de la cámara se divide en tres zonas longitudinales pintadas de rojo las extremas y de amarillo la central. El suelo de la zona norte se ha roto con objeto de la construcción de una

Una nueva tumba se ha descubierto recientemente en Kastás. La tumba se extiende en una longitud de 498 metros y crea un círculo cuyo diámetro alcanza los 158,49 m., mientras su altura llega a los 23 m. El recinto tiene unas bases de mármol de 3 metros de altura y es muy probable que en él estuviera situado el famoso León de Anfípolis que, según una versión, estaba colocada en la cumbre del montículo.

Los trabajos arqueológicos han despejado ya la entrada de la tumba guardada por dos esfinges hechas de mármol de Thasos cuyas cabezas y alas están destruidas. La altura de las estatuas es de 1,45 metros sin contar la cabeza con la que alcanzaría los 2 metros. El último hallazgo son dos dinámicas y bellísimas cariátides cuya posición ante la entrada de la tumba, según lo arqueólogos, no era solamente decorativa sino para disuadir a los profanadores. Con el movimiento dinámico de su mano derecha es como si quisieran advertir a los posibles profanadores del gran castigo que les espera en caso de cometer tal acto sacrílego. Las deslumbrantes Kores (jóvenes), de 2,27 metros de altura y en notable estado de conservación, lucen larga túnica y manto envolvente (himatión) de flequillos y abundantes pliegues y están calzadas de sandalias de color rojo y amarillo. Destacan bien esculpidos los dedos de sus pies de tipo griego. Cerca de ellas y entre los escombros se han encontrado partes de sus brazos.

En la tumba se han descubierto restos humanos en una bóveda debajo de la tercera cámara de la tumba. Concretamente, los excavadores encontraron una fosa rectangular de piedra caliza, que mide 3,23 metros de largo, 1,56 de ancho y 1,8 de altura, a una profundidad de 1,60 metros, en la tercera cámara del complejo funerario. Dentro de la fosa había un ataúd de madera cerrado con clavos de hierro y bronce y los huesos se hallaban dispersos dentro y fuera del sarcófago junto con artefactos decorativos.

Las posibilidades de que sea la tumba de Alejandro Magno son casi nulas, según los expertos. Sin embargo, se trata sin lugar a dudas de un personaje poderoso y prominente de la época, a juzgar por el carácter monumental de la tumba; probablemente pertenece a un destacado general macedonio.

Se ha encontrado en su interior un mosaico que está realizado con pequeños guijarros blancos, negros, grises, azules, rojos y amarillos. La representación central está rodeada por un marco decorativo de 0,60 m de ancho, que consiste en un doble meandro cuadrado y una espiral. El color de fondo de la representación es de tono gris azulado.

El tema central de la representación está formado por un carro en movimiento, tirado por dos caballos blancos y conducido por un hombre barbudo que lleva una corona de laurel en la cabeza. Delante del carro se representa al dios Hermes como conductor de las almas de los muertos, llevando un sombrero de ala ancha, vestido de una túnica y sandalias aladas, y sosteniendo en su mano el caduceo. La composición está organizada de este a oeste.

La representación se distingue por la excelencia de la reproducción de los detalles y de las características de los personajes, los caballos, al igual que la armonía de los colores. Se estima que la fecha de este mosaico puede situarse en el último cuarto del siglo IV a.C.

En las colinas que se alzan en la orilla oeste del río Strimón, frente a la antigua Amfípolis, se ha excavado la llamada necrópolis de Kastrí (23) de época helenística (finales del siglo IV – siglo II a.C.). Ha proporcionado tumbas monumentales de tipo macedonio y cistas.

Fuera del tramo este de la gran muralla se ha localizado la necrópolis de la época clásica (19) que ha proporcionado 112 tumbas de tipo fosa.  

Cerca de un antiguo puente sobre el Strimón, se alza el monumento funerario del león (22). El pedestal actual del monumento no era el original que estaba constituido por una base cuadrangular de 10 x 10 m. a la que rodeaba una columnata de semicolumnas dóricas, cuatro en cada lado, la cual soportaba un friso dórico. Sobre el friso se levantaba una pirámide escalonada que sostenía al león. El profesor O. Broneer piensa que no se trata de un monumento funerario sino de un monumento en honor a algún importante personaje de Amfípolis. Data del último cuarto del siglo IV a.C. y quizás esté dedicado a Laomedonte de Lesbos, compañero de Alejandro Magno que residió en Amfípolis.                

El museo

La idea de la construcción de un museo se debe al inolvidable arqueólogo Δημήτριος Λαζαρίδης, el cual, con el apoyo del Servicio Arqueológico de Atenas y del Ministerio de Cultura, llevó a cabo la mayoría de las excavaciones en Amfípolis desde el 1956 al 1984.

El diseño correspondió al arquitecto Α. Μπακιρτζή y as correspondientes obras comenzaron en 1976 y se terminaron en 1987 y la exposición puede visitarse desde 1995.

La exposición se desarrolla en un sótano y en un entresuelo. El visitante puede seguir la historia de la ciudad desde el Neolítico hasta la época bizantina. La exposición se divide en diferentes unidades temáticas: Prehistoria, Época Arcaica, Épocas Clásica y Helenística, Vida religiosa, Vida pública y privada, Gimnasio y Teatro, Necrópolis y Épocas Romana, Paleocristiana y Bizantina. En el entresuelo se exponen dos unidades: la colonización griega en la desembocadura del Strimón y la ciudad macedonia de Amfípolis.    

TIEMPOS PREHISTÓRICOS (I). Hallazgos de la región de la desembocadura del río Strimón revelan la intensa presencia del hombre desde el Neolítico Medio hasta el Hierro Antiguo (5000 a.C. – 750 a.C.). 

PERIODO ARCAICO (II). Desde mediados del siglo VII a.C. con la fundación de ciudades griegas en la desembocadura del Strimón empieza la progresiva penetración de la población griega en Tracia, como muestran los vasos áticos y corintios que se encuentran en las tumbas de esta época.

ÉPOCAS CLÁSICA Y HELENÍSTICA. La fundación de Amfípolis en el 437 a.C., en tiempos de Pericles, fue un gran acontecimiento para los atenienses. Sin embargo, pocos años después (422 a.C.) la ciudad obtiene su autonomía, que conserva hasta su integración en el reino macedonio de Filipo II (357 a.C.).   

Los santuarios de la ciudad (ESPACIO III.1) estaban dedicados a divinidades de carácter local, como Ninfa, la musa Clío, el héroe – jinete Rissos y Strimonas, pero también a los dioses y héroes olímpicos como Atenea, Afrodita, Ártemis, Heracles, Asclepio y los Dióscuros. Particularmente importante en Amfípolis era el culto de Artemisa Taurópolos, mientras que desde la época helenística se hace popular el culto de Cibeles y de Attis.  

Entre los hallazgos más importantes que se exponen se encuentran:

  • Pequeña herma del túmulo de Kastás de la primera mitad del siglo V a.C.
  • Kernos encontrado en el Thesmoforio.
  • Figurita de marfil de un joven llevando un carnero encontrado en el edificio porticado de la muralla norte.
  • Figurita de Attis con una siringa encontrada en Koukles, santuario al aire libre.
  • Figurita de Cibeles encontrada en Koukles, santuario al aire libre.

La vida pública y privada de Amfípolis (ESPACIO III.2) se refleja en las ricas colecciones de monedas y en la producción de los talleres locales: cerámica, figuritas de terracota, escultura y miniaturas. Las excavaciones han sacado a la luz uno de los edificios públicos más importantes de la ciudad, el gimnasio.

Entre los hallazgos más importantes que se exponen se encuentran:

  • Saltimbanqui o bailarín de la 2ª mitad del siglo III a.C.
  • Busto de una muchacha de la 2ª mitad del siglo IV a.C.
  • Figura femenina del siglo IV a.C.
  • Estela funeraria con la representación de una mujer y un esclavo del cementerio helenístico. Finales del siglo V a.C.

Las necrópolis (ESPACIO III.3) estaban fuera de las murallas de la ciudad y en ella se enterraban los ciudadanos en tumbas de diferentes tipos, de acuerdo con su situación social y económica. Las ofrendas que han proporcionado estas tumbas (armas, vasos, figuritas, joyas) son impresionantes en riqueza y valor artístico. 

Entre los hallazgos más importantes que se exponen se encuentran:

  • Cista de bronce con corona de oro encontrada en la tumba de Brásidas.
  • Lékithos blanco con la representación de un visitante en una tumba.
  • Estela funeraria de Ifícrates encontrada en la muralla oriental (finales del siglo IV – finales del siglo III a.C.).
  • Hidría con representación polícroma de una amazonomaquia, usada como urna funeraria. Último cuarto del siglo IV a.C.
  • Hidría negra utilizada como urna funeraria. Siglo IV a.C.
  • Hidría de plata del siglo IV a.C.
  • Diadema de oro con el nudo de Heracles de una tumba helenística.
  • Corona de oro de hojas de roble de una tumba helenística.   

El resto de los objetos expuestos caen fuera de nuestro ámbito de estudio.

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