“Como no se rendían, marchó inmediatamente contra Torone de Calcídica, que se encontraba en poder de los atenienses.” (Tucídides. Historia de la Guerra del Peloponeso. Libro IV, 110,1)

Acceso

Recorriendo la costa occidental de la península de Sithonía en dirección sur llegamos a Torone, en donde en un promontorio al sur de la ciudad, se encuentra el yacimiento.

Historia

Torone fue fundada por los calcideos de Eubea durante el transcurso del siglo VIII – VII a.C.

El 480 a.C., la ciudad tuvo que ayudar bajo la fuerza a los persas durante la campaña de Jerjes contra Grecia, y pocos años después se integró en la Liga Ateniense.

Durante la guerra del Peloponeso devino en lugar de conflictos entre atenienses y espartanos.

En el 423 a.C., Brásidas logra ponerse en contacto con algunos residentes de dentro de la ciudad y consigue ayuda para tomarla. Brásidas dedicó la victoria a la diosa Atenea.

Al año siguiente, en el 422 a. C., los atenienses envían al general Cleón a reclamar las ciudades que se habían pasado a Esparta. Regresa a Calcídica para castigar a los desertores y, antes de que Brásidas pueda reaccionar, retoma Torone. Brasidas recibe noticias de que Torone ha caído cuando está a solo 8 kilómetros de distancia. Comprendiendo que ya es demasiado tarde, se retira y se vuelve a Amfípolis. Cleón ocupa la ciudad y captura a 700 hombres que envía a Atenas encadenados. Las mujeres y los niños son vendidos como esclavos.

Durante la época clásica, Torone tenía dos acrópolis, una al sur y otra en el promontorio de Λύκυθος, donde hoy se conservan las ruinas de una fortaleza bizantina que seguramente fue destruida durante la dominación turca.

Torone acuñó su propia moneda y pagó un gran impuesto de 12 talentos a Atenas, lo que demuestra que la ciudad era bastante rica. Un puerto estratégico bien protegido permitió a Torone jugar un papel importante como una estación comercial entre el sur del mar Egeo y el Mar Negro, siendo ésta la fuente principal de su riqueza.

En el 348 a.C. fue ocupada por Filipo II y en el 168 a.C. por los romanos. 

Mitología

A Torone arriba Heracles procedente de Tasos y allí es desafiado por Polígono y Telégono, hijos de Proteo y nietos de Posidón. Tras dar muerte a ambos rivales, el héroe culmina con éxito su regreso a Micenas, donde entrega a Euristeo el cinturón de Hipólita poniendo así fin a su noveno trabajo.  

El yacimiento

Desde 1975 se llevaron a cabo excavaciones en el lugar a cargo del Servicio de Arqueología en colaboración con el Instituto australiano, bajo la dirección del profesor Α. Καμπίτογλου.

El puerto de Torone está localizado al este de Λύκυθος, el pequeño promontorio que se alza hoy 13 metros sobre el nivel del mar, al norte de la antigua ciudad, aquí donde la presencia de un fondo marino con restos arquitectónicos señala, probablemente, su ubicación. El promontorio de Λύκυθος, que ha estado ocupado con pequeñas interrupciones desde el Bronce Antiguo hasta el siglo XVII d.C., es parte importante de la historia de la ciudad, con la cual estaba conectado a través de un istmo que en la antigüedad era más ancho.

Durante las tres campañas de excavaciones submarinas de carácter preliminar que se han llevado a cabo, ha resultado evidente que la actual zona costera al NE del istmo, constituía en la antigüedad parte del planeamiento urbanístico de la ciudad.  

Dentro del mar, a una distancia aproximada de 35 m de la actual línea de costa, y casi paralelamente a ella, se localiza un krepídoma de 60 m de longitud y casi 2 m de anchura, el cual conserva en diferentes puntos grandes bloques de granito.

Al sur de este krepídoma, y a una distancia de 20 m de la playa, una construcción parecida de una longitud superior a los 80 m demuestra la existencia de una segunda línea de costa que se materializó en una época posterior. En ambos casos se trataría de los restos de antiguos muelles del puerto.

Perpendicularmente a estos, con orientación N-S, se descubrió otro muro construido también con grandes bloques, del que se conserva tres filas de bloques superpuestas. En la esquina que se forma entre ellos se localizó un montón de trozos de ánforas de época clásica.

Cimientos de muros, cuya anchura oscila entre 0,5 y 0,65 m, su longitud en varios casos llega a los 10 m y con orientación NO – SE, son visibles en el fondo del mar. Se trata de cimientos de edificios de época clásica (segunda mitad del siglo V a.C.) que se edificaron antiguamente en tierra firme. Estos edificios serían almacenes o edificios comerciales en estrecha relación con el puerto. Con todas las reservas, se podría pensar que no estamos lejos del lugar que refiere Tucídides en que los atenienses, en el 423 a.C., para defenderse de los espartanos, levantaron una torre de madera sobre una casa de Λύκυθος, donde la fortificación era más expugnable, y subieron a ella muchas ánforas y pithoi llenos de agua y grandes piedras. También subieron a ella muchos hombres, de tal manera que la casa, cargada con un peso excesivo, se derrumbó de repente con gran estruendo y los atenienses que estaban más alejados de ese punto creyeron que la plaza ha había sido tomada por aquél sitio y huyeron precipitadamente hacia el mar y las naves.

En Λύκυθος el llamado muro C, construido con grandes bloques de granito, se conserva en una altura de tres filas de bloques. En su tramo oeste, está comprobada la presencia de otro muro, que se conserva en una altura de 1 m. Este muro, después de una longitud de 5 m hacia el oeste, gira hacia el SO, al interior del promontorio. Su anchura en este punto es de 1,20 m y una sección frente a su cara norte, muestra la existencia de suelo o camino, allí donde, a una profundidad de 0,20 m se localizó tierra apisonada con trozos de carbón. La cerámica en esta sección era arcaica de fabricación propia. Este muro que se corta por el muro C, y del cual es antecedente, continúa en dirección SE, de forma que su trazado puede verse más arriba de Λύκυθος.

Sobre la costa actual se conserva también la esquina de un edificio de época romana.

Dentro del mar, a una distancia aproximada de un metro de la línea de costa, se localiza una construcción ortogonal, que posiblemente sea una cisterna de los tiempos postbizantinos y en la que han aparecido restos de elementos arquitectónicos que van desde la época clásica a la postbizantina. En el siglo II o I a.C. muchos restos arquitectónicos de un templo de piedra de poros del siglo VI a.C. fueron arrojados aquí, quizás correspondientes al templo de Atenea que existió en este lugar hasta el 423 a.C. Es posible que se tratara de un templo peristilo dórico.

Importante es la necrópolis de la época del Hierro (siglo XI a.C.), en la que se han excavado 134 tumbas, en las cuales, en 118 se había practicado la cremación y en las 16 restantes, el enterramiento. Han salido a la luz unos 500 vasos que se utilizaron, bien como urnas funerarias, bien como ofrendas.     

FOTOGRAFÍAS