Intro
“Todas las naves que habían llegado a Dorisco las arrimaron los capitanes por orden de Jerjes a la playa inmediata a Dorisco, donde están Sali, ciudad de Samotracxia, y Zoni.” (Heródoto. Historia. Libro VII, 59).
Acceso
La ciudad se encuentra situada al este de una pequeña llanura recorrida por el arroyo Σαπλί. Para llegar hasta allí cogemos la autopista en Alexandroúpoli con dirección a Komotiní y en el enlace que nos lleva a Makri salimos de la autopista. Cogemos la vía de servicio (dejando Makri a nuestra izquierda) que, en un momento dado, se instala a la derecha de la autopista hasta que vuelva a cruzar por un paso inferior con dirección a Δίκελλα. Atravesamos Δίκελλα y seguimos la carretera con dirección oeste hasta llegar al yacimiento.
Historia
En la costa SE de Tracia, entre Ίσμαρο y el río Ebro, colonos griegos de Samotracia construyeron, a finales del siglo VII a.C., una serie de ciudades – fortaleza que Heródoto llama Σαμοθρηίκεα τείχεα. Estas colonias constituían la Περαία de Samotracia, cuyo límite está en el cabo Σέρρειο, y aprovecharon completamente las posibilidades que ofrecía la región en cuanto a control de los pasos del Oriente al Occidente y de los accesos al interior se refiere. Las élites del reino tracio de los Odríseos prosperaron rápidamente e introdujeron a los tracios en el Helenismo. La única de estas viejas ciudades que se ha descubierto y que se ha excavado sistemáticamente es Zoni, la más importante de las colonias de Samotracia, y no Mesimvría como se creía antiguamente. Al norte y al oeste de Zoni creemos que se encontraban Dris y Mesimvría respectivamente. A 1,5 km al oeste de la antigua Zoni se encuentran situadas dos antiguas canteras con impresionantes sobrantes. En Zoni funcionaba durante el Paleolítico Medio (100000 – 33000 a.C.) y el Neolítico (7000 – 2800 a.C.) una cantera de pirita y se han encontrado ruinas de un recinto del Bronce Reciente (1600 – 1100 a.C.) así como de edificaciones, algunas de ellas de carácter religioso, que datan de la Primera Edad del Hierro (1100 – 900 a.C.), de la época Clásica (490 – 330 a.C.) y de la época Helenística (330 – 30 a.C.). La ciudad parece que se fundó en el siglo VI a.C. y llegó a su apogeo en la época Clásica, como lo demuestran los dos talentos con que contribuía a la Primera Liga Ateniense. Toda esta zona y su floreciente economía declinaron gradualmente después de finales del siglo IV a.C. y los intereses atenienses que aquí dominaban sufrieron un duro golpe debido, primeramente, al gobierno macedonio de la región y, después, al romano.
El Yacimiento
Zoni era la más importante de las colonias de Samotracia. Se desarrolló en la ladera sur de una colina baja de las estribaciones del monte Zonaio, llegando hasta el mar. El sitio arqueológico era conocido desde principios del siglo XX, cuando soldados búlgaros descubrieron los primeros restos. En 1966 empezó la primera excavación sistemática del lugar a cargo de la Sociedad Arqueológica. Hoy continúan las excavaciones a cargo del Servicio de Arqueología de Tracia. Zoni estaba protegida por un recinto amurallado, reforzado por torres cuadradas y pequeños bastiones separados unos 35 m entre sí, que rodeaba por el norte la acrópolis de la ciudad y que delimitaba una superficie de 7,3 ha. El tramo oeste tiene una longitud de unos 500 m. Una muralla interior (διατείχισμα) con dirección NS dividía la ciudad en dos sectores, de los cuales, el oriental (de unas 5 has de superficie) que estaba sin habitar, servía para reforzar el amurallamiento. Había, con toda seguridad, una puerta en el tramo oeste de la muralla y dos probables en el ramal interior de la muralla. La muralla tenía un espesor que variaba entre 1,5 y 2,5 m y estaba constituida por dos paños de piedra caliza rellenos de grava y tierra. Εn lo referente a su sistema de construcción, domina el pseudoisodómico pero se ha utilizado el lesbio (uno de los sistemas de construcción más antiguos) en el tramo sur de la muralla oeste, que se ha conservado en una altura de 2 m. La primera torre en el extremo sur del tramo oeste de la muralla, tiene unas dimensiones de 5,6 x 6,5 m y se ha conservado en una altura de 1,9 m. Está construida con el sistema pseudoisodómico con grandes bloques de caliza blanca sobre cimentación de caliza gris. Más al norte se encuentra la segunda torre de dimensiones 4 x 6,3 m y conservada en una altura de 1,8 m. Está construida con el mismo material, pero de forma irregular en lo referente al tamaño de los bloques. En su lado sur se conservan inscripciones del s. IV a.C. con los nombres de ΑΔΑΜΑΣ ΒΟΣΤΑΔΟΣ y ΜΥΡΣΙΝΗ ΑΛΚΕΒΙΑΔΟ. La segunda epigrafía se repite en el lado oeste. Merece la pena señalar que el primer nombre se ha hallado también en una estela funeraria de la misma época encontrada en la necrópolis. A una distancia hacia el norte de unos 35 m se encuentra la llamada puerta oeste de 2,6 m de anchura. Cerca del extremo norte de la acrópolis se encuentran los restos de otra torre. La muralla este termina en una construcción cuadrangular de dimensiones interiores 3,8 x 3,85 m, espesor de 1,3 m y conservada en una altura de 1 m. El paño interior de la construcción está compuesto por grandes bloques de caliza mal tallados mientras que en el exterior están muy trabajados y dispuestos según el sistema pseudoisodómico. En su lado sur se conservan dos salientes que conforman un hueco para una puerta de 1,3 m de anchura y, asimismo, en su lado oeste hay otra abertura más ancha para otra puerta de 2,2 m de anchura que abría hacia el interior de la vivienda. A esta construcción también se la ha designado con el nombre de “torre” aunque difiere radicalmente de las otras torres encontradas. Aunque cualquiera esperaría encontrar al menos dos puertas en el tramo este de la muralla no se han encontrado huellas de las mismas. Es posible, también, que existieran puertas en el tramo sur de la muralla, totalmente destruido por el mar, pero es algo que no es posible confirmar. Dentro de la muralla se ha descubierto una gran parte de su tejido urbano, distinguiéndose calles, conjuntos de viviendas y, existen indicios de la existencia de un centro de comercio. Se han encontrado también dos edificios públicos: un santuario dedicado a Deméter y un templo dedicado a Apolo. Los límites naturales y artificiales (el arroyo al este, la costa al sur y el tramo occidental de la muralla) determinaban las direcciones de los ejes básicos del planeamiento. Las calles tenían anchuras que variaban entre los 2,5 y los 7 m delimitando grandes manzanas. La calle más importante tiene su origen en la puerta oeste con una longitud de 32 m y una anchura que oscila entre los 5,5 y los 7 m. Es posible que atravesara la ciudad hasta llegar a una hipotética puerta en el tramo este de la muralla. De los edificios de la ciudad se conservan prácticamente los cimientos, no superando el metro los trozos de paredes conservadas. La mayoría corresponden a viviendas habiendo, sin embargo, indicios de la existencia de talleres. Poseían un zócalo de 1 m de altura construido con pequeñas piedras unidas entre sí con tierra sobre el que se levantaba el resto de la estructura de bloques de adobe. El techo estaba cubierto con tejas. Algunas de las casas disponían de un piso superior. Espacios principales y secundarios se desarrollaban en torno a un patio interior pavimentado con orientación sur. Restos de colectores cubiertos por placas de piedra demuestran la existencia de algún tipo de red de alcantarillado en la ciudad. El abastecimiento de las casas se realizaba por pozos. En el sector suroriental de la ciudad los edificios no estaban en contacto con la muralla y una calle periférica de unos 5 m de anchura se desarrollaba entre esta y las viviendas. En él se encontraba el santuario de Deméter, un pequeño recinto (1,5 x 7 m) del siglo IV a.C. en contacto con el extremo sur del ramal oriental de la muralla. El carácter sagrado del lugar es evidente tras el descubrimiento en él de un tesoro de más de cien ofrendas de oro, plata y bronce y de un pedestal inscrito que hacía referencia al santuario de Deméter. En el sector SO hay un barrio amurallado, con muralla de 2 m de espesor, que quizás se corresponda en su fase más reciente con el periodo que va, al menos desde el 305 a.C. a la época romana, es decir, con la época de decadencia de la ciudad, y que servía para proteger a los habitantes que permanecían mientras la ciudad iba siendo poco a poco abandonada. Sus dimensiones son de 50,5 x 46,5 m. No se conoce cuál podía ser la puerta que lo comunicara con el resto de la ciudad que quizá estuviera en la zona sur, cuya muralla se encuentra destruida. La torre más nororiental de su muralla tiene unas dimensiones de 6,6 x 7,2 m y cerca de ella y en el exterior se encuentra un horno cerámico del siglo V a.C. En el lado oeste del barrio amurallado se conservan los cimientos de tres viviendas que tienen acceso desde la calle este. La llamada vivienda 1 tiene una superficie de 120 m2 con dimensiones 10 x 12 m con patio pavimentado de dimensiones 3,4 x 7,4 m. Su parte norte estaría posiblemente techada. Todo su lado norte está ocupado por un único espacio de dimensiones 8,6 x 3,2 m con puerta de dos hojas en la entrada. Dos pequeños espacios de dimensiones 4 x 5 m y 2,8 x 2,8 m respectivamente completan esta casa típica de la época. Saliendo del barrio amurallado en dirección norte encontramos un conjunto de viviendas y edificios de la ciudad entre los que destacan, además de una prensa para la fabricación del vino, la llamada casa de la muralla occidental. Es una de las casas mejor conservadas de la fase más antigua de la ciudad (s. V. a.C.). El umbral de la entrada conduce a un patio interior, en torno al cual se disponen habitaciones. El mayor espacio al norte era el andrón, en cuyo centro se encontraba el hogar para el calentamiento de la habitación. El cimiento de piedra que puede verse en el extremo NE del patio era la base de las escaleras que conducían al segundo piso cuya habitación principal era la habitación donde las mujeres realizaban sus tareas textiles y de otro tipo. Entre las singularidades a destacar en el resto de viviendas de esta zona de la ciudad están los restos de un molino manual circular encontrado en la esquina de la habitación de una vivienda y los restos de mortero coloreado que a parecen en la pared de otra vivienda. Pero, sin duda el hallazgo más importante por inusual corresponde a un conjunto de 188 ánforas de finales del siglo VI o principios del siglo V a.C. que se encontraron juntas y boca abajo en los cimientos de una construcción del norte de la ciudad, probablemente una vivienda. Formaban parte, quizás, de un sistema de protección contra la humedad del suelo de tierra. El edificio público más importante de la ciudad era el templo de Apolo que data del periodo arcaico. Era un edificio rectangular de 9 x 15 m próstilo en parástasi cerca de la muralla oriental y colocado paralelamente a ella que se ha conservado únicamente a nivel de los cimientos y en el que se han encontrado una gran cantidad de ofrendas. Tenía orientación NE – SO. Pertenece a un complejo de edificios que ocupaban una superficie de 65 x 105 m con un patio central pavimentado al que rodeaban dos stoas. El templo tiene una gran importancia porque es el único del periodo arcaico encontrado en Tracia y demuestra el funcionamiento organizado de la ciudad ya en el siglo VI a.C. Permaneció en uso al menos hasta el siglo V d.C. Entre los hallazgos encontrados en él destaca un tronco de mármol de un kouros, datado como perteneciente al siglo VI a.C., que es uno de los pocos que se han encontrado en el norte de Grecia. Muchas de las ostraka encontradas presentan epigrafías en lengua tracia y su conjunto constituye el mayor tesoro encontrado hasta ahora en los Balcanes en lo que al dialecto tracio se refiere. El lugar de un tercer santuario es todavía desconocido. Estaba dedicado a Afrodita, cuyo culto en la ciudad está demostrado por diferentes epigrafías. El culto, además, a Diónisos se pone de manifiesto por el hallazgo de una máscara de extraordinaria factura del siglo IV a.C. que representa al dios con barba. Fuera de la muralla, al oeste de la ciudad, se extiende la necrópolis de unas 50 ha en donde se han encontrado tumbas que cubren todo el periodo de funcionamiento de la ciudad, predominando las de los siglos V y IV a.C. Los hallazgos extraordinariamente ricos encontrados en un conjunto de unas 130 tumbas dan fe del alto grado de cultura y riqueza al que llegó la ciudad en su época de esplendor. Un hallazgo singular se produjo en 1990 correspondiente a tres construcciones monumentales ce caliza blanca a poca distancia una de la otra. Dos de ellas son prácticamente iguales de forma rectangular y de dimensiones 3,4 x 3,73 m la primera y 2,8 x 3,85 m la segunda. La tercera construcción es más grande y de dimensiones 5,4 x 5,70 m.
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