“Demetrio Poliorcetes fue el fundador de Dimitriás, situada junto al mar entre Nelia y Págasas, a la que dio su nombre, concentrando en ella a los habitantes de poblaciones cercanas.” (Estrabón. Geografía. Libro IX, 5, 15.)

La antigua Dimitriás se encuentra a 1,5 km al sur de Volos. La carretera Volos – Atenas por la costa parte el yacimiento, transcurriendo, en dirección N – S entre el Teatro y el Acueducto. Una gran parte del yacimiento constituye un parque arqueológico. Se visita sólo tras comunicación con el Servicio de Arqueología.

Dimitriás era una ciudad costera construida sobre bajas colinas las cuales fueron aprovechadas por los antiguos “urbanistas” para una adecuada colocación de las murallas, la acrópolis y los monumentos más importantes de la ciudad como el teatro, el palacio y el heroon. Era una ciudad representativa del dominio naval de los macedonios en el Egeo. Dos torrentes, el Ξηριάς, al norte, y el Αλιγαρόρεμα, al sur, constituyen los límites naturales de la ciudad. Su límite oriental coincide, en una gran parte, con la antigua línea de costa, mientras que, al oeste, su límite está marcado por la divisoria más alta sobre la que se ha construido la muralla y la acrópolis. En cualquier caso, la topografía de la ciudad ha cambiado con respecto a la de la antigüedad. Al NE de la ciudad, la pequeña península de Πευκάκια constituye el límite este del puerto norte. Aquí se localizó el primer asentamiento de la zona que data del Neolítico Reciente y que continuó hasta la Época del Bronce. Demetrio Poliorcetes, hijo de Antígono, fue proclamado por el ejército macedonio rey de Macedonia en 294 a.C. Tenía bajo su poder a la mayor parte de la Grecia continental y de las islas del Egeo. Decidió fundar una nueva capital en el interior del golfo Pagasitikós a la que llamó Dimitriás. Aparte de base de operaciones de la dinastía de los Antigónidas en sus ataques al interior de Tesalia y al sur de Grecia, y del papel que jugó en el mayor arsenal de la armada macedónica, Dimitriás se constituyó en un importante centro comercial, polo de atracción para los colonos de toda Grecia y de otros países del Mediterráneo. Por este motivo disponía de dos puertos, uno comercial y otro militar. Está incluida entre las mayores ciudades de la antigüedad. Importante personalidad fue Antígono Gonatás (277 – 239 a.C.), hijo de Demetrio Poliorcetes, filósofo y hombre letrado. Con sus sucesores empezó la decadencia, principalmente a causa de la intervención de los romanos, en particular durante el reinado del ambicioso Filipo V (221 – 179 a.C.). En este periodo de tiempo tuvieron lugar las dos Guerras Macedónicas: la Primera entre 215 – 205 a.C. y la segunda entre 200 – 197 a.C. Estas guerras tuvieron como consecuencia el debilitamiento y el aislamiento del estado macedonio. En 197 a.C. tuvo lugar la definitiva batalla de Cinocéfalos tras la cual, el derrotado Filipo V se vio obligado a entregar Fthiotides Thives a los etolios y a abandonar Dimitriás y otras ciudades del Egeo y de Asia Menor. Así que, por primera vez, después de aproximadamente un siglo, Dimitriás dejó de pertenecer a los macedonios y en ella se instalaron los romanos. En marzo de 191 a.C. Dimitriás, después de seis años, vuelve a pasar a domino macedonio. En aquella época, la ciudad tenía un carácter cosmopolita. En 179 a.C. el trono de Macedonia pasó a manos de Perseo, un príncipe de treinta y tantos años, hijo de Filipo V, cuya brillantez y energía perturbaron inmediatamente a los observadores romanos. Estaba casado, además, con una princesa de la corte de los seléucidas. Anunció el establecimiento de condiciones favorables para los deudores en Grecia y atrajo de nuevo hacia Macedonia las peticiones de socorro de muchos griegos a los que las acciones de Roma habían contribuido a empobrecer cada vez más. Las sospechas que despertó en los romanos se intensificaron durante la década de 170 a.C., y culminaron en la decisión de declararle la guerra a finales de 172 a.C. Macedonia se sometió definitivamente a Roma en el año 168 a.C. tras ser derrotado Perseo en Pidna por el cónsul Emilio Paulo, yerno del gran Escipión, dividiéndose el reino macedonio en cuatro partes. El efímero intento de Andrisko (149 – 148 a.C.) de restituir la monarquía macedónica proporcionó a los romanos la escusa de convertir la región en una nueva provincia de la república romana.

En la playa de Παγάσαι se realiza la botadura de la nave Argo. Antes de emprender la peligrosa expedición, los Argonautas reúnen piedras del mar, erigen con ellas un altar a Apolo Acteo y Embasio (“Protector de las Costas y de los Embarques”) y degüellan sobre él dos hermosos bueyes, pues el dios había prometido a Jasón revelarle los pasos del mar si antes de iniciar su viaje le tributaba los debidos sacrificios. El adivino Idmón, observando en la hoguera de olivo las llamas que envolvían a las víctimas, vaticina entonces que la Argo volvería a Παγάσαι portando el vellón. Sin embargo, sus mismas dotes proféticas le hacen sabedor de que el regreso no estaba escrito para él, a quien la muerte habría de sorprender en Asia durante el azaroso viaje.

De las primeras excavaciones en el altozano de Πευκάκια que se llevaron a cabo a finales del siglo XIX por P. Wolter, procede el primer conjunto de vasos micénicos al igual que una parte de la muralla norte de la ciudad. A principios del siglo XX, Β. Στάης (1901) y Α.Σ. Αρβανιτόπουλος (1906 – 1910) trabajaron en la zona de Πευκάκια, en donde localizaron tumbas micénicas y paleocristianas. Fr. Stählin (1924) pensaba que allí se encontraba el cementerio de Iolkós. Las excavaciones en Πευκάκια continuaron en 1957 a cargo del arqueólogo Δ.Ρ. Θεοχάρης, y años después (1967 – 1977) se llevaría a cabo una excavación completísima en el lugar a cargo de un equipo de arqueólogos alemanes encabezados por el profesor VI. Milojcic. Tras todas estas investigaciones, ha quedado claro que el yacimiento de Πευκάκια (13) se desarrolló entre la llamada fase “Dimini clásico”, del periodo Neolítico, hasta el Bronce Medio. A finales del Bronce Medio la vida en el asentamiento se interrumpió. Después, en el HR I – II el lugar se transformó en un cementerio. Durante el periodo de esplendor de la civilización micénica (s. XIV y XIII a.C.) el lugar volvió a ser habitado hasta los inicios del siglo XII a.C., fecha en la que se abandonó. De las investigaciones llevadas a cabo por el Servicio de Arqueología Griego desde 1986 hasta hoy, se deduce que el asentamiento prehistórico, durante el Bronce Reciente no se reducía sólo a la loma de Πευκάκια, sino que se extendía por una amplia zona de sus alrededores, ocupando una superficie de 8 ha. Se piensa que funcionaba como puerto de Iolkós y como tal puede relacionarse con el mito de los argonautas. La siguiente fase cultural en la zona se localiza en la época Clásica (s. V – IV a.C.). En el sector norte de Dimitriás se han encontrados restos de casas, un pequeño horno de cerámica y tumbas. Estos restos permiten identificar el lugar con el asentamiento de la época clásica Παγασές, el núcleo antiguo de Dimitriás. Las excavaciones en la ciudad helenística empezaron a principios del siglo XX por Α.Σ. Αρβανιτόπουλος. Se descubrió la muralla y sus torres, en donde estaban emparedadas las famosas estelas funerarias de Dimitriás, el santuario de Pasikrata y una gran parte del cementerio sur. Paralelamente empezó la investigación arqueológica en la zona del palacio (1906), que entonces se identificó con el Serapeion, cuyo lugar de ubicación es todavía una incógnita. Se investigó, además, la colina de Sorós, al sur de Dimitriás, donde están las ruinas del muro circular de la ciudad, que quizás se identifique con el asentamiento de la época clásica Αμφανές, el templo de Apolo, fuera de las murallas en el SO del antiguo asentamiento de Sorós, y el cementerio (finales del siglo VI a finales del siglo IV a.C.), con 153 tumbas, que han proporcionado un importante conjunto de piezas de valor. Este asentamiento se abandonó a principios del siglo III a.C. quizás debido a la fundación de Dimitriás, a la cual se trasladaría la población. Δ.Ρ. Θεοχάρης empezó la investigación en el lugar del teatro y del palacio en 1961 a la que siguió la investigación de un grupo de arqueólogos alemanes de la Universidad de Heidelberg (1967 – 1981). El Servicio de Arqueología Griego empezó las excavaciones en Dimitriás en 1977. Principal preocupación de Demetrio Poliorcetes fue el amurallamiento de la ciudad que se llevó a cabo con fuertes muros construidos con el sistema isodómico en la parte inferior y adobes en la superior. El recinto amurallado (1) es visible en casi toda su longitud, aproximadamente 11 km, reforzado con torres cuadrangulares. De las 175 torres que se construyeron aún pueden verse más de 70. La superficie que protege abarca unas 440 ha. Durante el pacífico reinado de Antígono Gonatás la ciudad se dotó de planeamiento urbanístico. La configuración inicial se dividía en dos sectores, quizás por motivos defensivos. El sector occidental, hacia el valle del Αλιγαρορέματος, funcionaba como zona de reserva con mediano refuerzo en las murallas. La zona estaba posiblemente destinada al acuartelamiento o al aseguramiento de un terreno de cultivo amurallado. El sector oriental se amuralló mejor y el perímetro de su muralla llega a los 8,5 km. Tanto las murallas como las torres estaban construidas con bloques de piedra, hasta una altura de 2 – 4 m, y adobes en su parte superior. Las murallas de Dimitriás fueron destruidas después de la derrota de Perseo en la batalla de Pidna. Más tarde, en la guerra de los romanos contra Mitrídates (88 a.C.), las murallas y las torres se reforzaron rápidamente ante un inminente ataque y se utilizó para ello material de todo tipo, entre él, pedestales y antiguas estelas funerarias. De ahí que estas ahora famosas piezas se encontraran formando parte de las defensas de la ciudad. Las dimensiones de las torres varían. Por término medio, las dimensiones interiores eran de 4,1 x 3,2 m. En las cinco mayores torres, que se encontraban en la parte perimetral del SE de la muralla fue donde se encontraron, formando parte de la estructura, las famosas estelas de Dimitriás. La acrópolis (2) se encontraba al NO de la ciudad antigua. En la zona llamada Palatia, el bastión de la acrópolis es uno de las mayores construcciones de este tipo de la arquitectura militar helenística. En el centro del sector oriental de la ciudad, sobre una elevación, se alza el palacio (10), con una bonita vista sobre el mar y el Pilio. En la zona NE del complejo palacial hay un edificio que posiblemente se identifique con el primer palacio. Fue levantado en el siglo III a.C. Tiene una orientación diferente a la del nuevo y unos muros más delgados. Sus restos se localizan bajo las stoas del peristilo, en el patio, y bajo los muros del ala este de la fase más reciente de construcción del palacio, que es la que se ve actualmente. Se conservan sólo parte de sus cimientos y algunos restos arquitectónicos de su decoración, de piedra o de terracota, que se utilizaron como material de construcción en el nuevo edificio. Nuevos espacios dedicados a las instalaciones palaciegas se desarrollaron en una terraza inferior hacia el oeste. Estos espacios parece que siguieron utilizándose en la época del palacio nuevo. Los muros del palacio antiguo están construidos con el sistema isodómico y se conservan en toda la altura de un piso. En la parte más alta del mayor de los muros que ha salido a la luz, que se conservan en una longitud de 40 m, se pueden ver los huecos practicados en la piedra para el apoyo de las vigas de madera que sujetaban el piso superior. Al SO de este gran muro se han encontrado una serie de espacios de los que aún no se sabe cuál era su uso. Un grueso muro de adobe (espesor 1,85 m) corre paralelo con el construido en el sistema isodómico y se conserva en una altura de 1,5 m. De esta forma, entre los dos, se desarrolla un pasillo, de una longitud de al menos 41 m. En la parte oriental del pasillo hay un ábside que no comunicaba con el mismo. Quizás se utilizase anteriormente, pero en fases posteriores se cerró al oeste por el fuerte muro que delimita el lado este de la segunda terraza occidental. El ábside, que quizás se utilizase como espacio de culto, estaba revestido de mortero confeccionado con polvo de mármol. El lado sur del muro de adobe porta una banda de color rojo de una anchura de 15 cm sobre la que se desarrolla una zona revestida con un mortero gris que simula el mármol. En el extremo oriental del muro, una escalera lleva al segundo piso. Este muro, junto con otro que se desarrolla en la parte oriental de este espacio, y que tiene el mismo tipo de coloración en su decoración, forman dos stoas que se abren a un peristilo de tipo rodio. El peristilo estaba formado por semicolumnas dóricas revestidas con mortero marmóreo. Se supone que el patio tendría una longitud de 50 m en la dirección E – O y de 40 m en la dirección N – S. Esta parte del complejo palacial parece que fue destruida entre el 196 – 191 a.C. La relación de este conjunto con las construcciones que se han descubierto al este del mismo no se ha aclarado todavía. Se trata de un espacio dividido en tres naves por dos filas de pilares de sección cuadrangular, un colector que atraviesa dicho espacio y varias habitaciones en las que se conserva la primera hilada de sus paredes sobre la que se colocaría el posterior mortero. Alrededor del 200 a.C., en los tiempos agitados del reinado de Filipo V, se volvió a reordenar nuevamente el sector real del palacio del que se conservaron muy pocos elementos del anterior. Durante estos años los reyes macedónicos amurallaron el palacio y lo conectaron, a través de un diatichisma (9), con el amurallamiento principal del sur. Entonces se construyó una fortaleza en la ciudad baja que abrigaba una superficie de unas 10 ha y que funcionaba como una ciudad dentro de la ciudad. En el punto más alto se levantó un nuevo palacio con torres en sus cuatro esquinas con habitaciones diseñadas para la colocación de lechos, con apartamentos para extranjeros y con escaleras de acceso a un segundo piso, todo ello alrededor de un patio con peristilo. Las torres eran construcciones sólidas de dimensiones 12,6 x 12,8 m. La construcción de este último palacio se interrumpió quizás a causa de un terremoto y, finalmente, parece que quedó a medio construir. No se sabe hoy en día la situación de la entrada o entradas principales al palacio. Solo en el lado sur se ha descubierto una calle que unía el palacio con el ágora. El ala sur está constituida por cinco espacios que se comunican entre sí y tienen una entrada común por la estrecha habitación central que hacía las veces de vestíbulo. Al SO dos espacios estrechos, ortogonales, se relacionan con la escalera que conducía al segundo piso. Dentro de la torre SO hay una cisterna circular de 1,8 m de profundidad y 2,55 m de diámetro. En el ala este se descubrió un conjunto de 12 habitaciones dispuestas en dos filas las cuales se comunican directa o indirectamente con la sala central, la única que está abierta al patio. En el extremo sur del ala está la escalera. En este punto se conservan en su primitiva situación los adobes que configuraban la pared. Los muros en torno al peristilo tenían un krepídoma de piedra de 0,65 m de altura sobre el suelo y construido con adobes. Las paredes de la stoa y de las habitaciones estaban enlucidas. El espacio central del ala oeste presenta una construcción idéntica a los otros construidos alrededor del patio central. La entrada desde el patio era monumental y estaba construida con dos semicolumnas enlucidas con mortero marmóreo. Mortero rojo y blanco se encontró en las paredes del espacio central y en sus dos adyacentes. Los morteros de colores blanco y gris caídos que fueron encontrados fuera del muro occidental exterior de esta ala en una gran extensión, muestran que probablemente en este lado había una stoa cubierta. Los suelos estaban construidos con tierra apisonada y caliza triturada. El ala norte sigue, en líneas generales, el canon que sugiere dividir el total en ocho espacios en correspondencia con el ala sur. Indudablemente son más largos ya que las dos torres de esquina están colocadas más al este y al oeste que sus correspondientes del ala sur. Los restos arquitectónicos de los apartamentos de esta ala se encuentran muy fraccionados debido al cambio de uso de los espacios y a su transformación en talleres: hay tres hornos cerámicos y una fosa para la fundición de esculturas de bronce de gran tamaño. Los muros exteriores del palacio alrededor de la parte este del peristilo tienen una anchura de 1,38 m y están construidos con mármol gris con el sistema pseudoisodómico. En su cara exterior se han colocado grandes bloques sin material de unión que llagan hasta longitudes de 2 m. En su cara interior, que no estaba a la vista, la construcción se realiza a base de piedras pequeñas unidas con barro. A continuación de la torre SO hacia el sur con dirección al ágora hay un muro con contrafuertes construido con el sistema pseudoisodómico en sus dos caras, lo que indica que eran visibles las dos. Los contrafuertes tienen una longitud de 1,05 – 1,10 m y una anchura de 1,57 – 1,67 m. Este muro constituye el límite oriental de la calle que une el palacio con el ágora. Un tramo de la calle ha salido a la luz entre los dos contrafuertes situados más al sur. Está construida por placas irregulares de esquisto de mediano y gran tamaño. Los muros de las stoas del peristilo estaban cubiertos de mortero de colores blanco, rojo y amarillo. Las stoas del peristilo estaban constituidas cada una de ellas por ocho columnas dóricas de diámetro inferior 0,755 m. Cada uno de los tambores tiene una altura de 0,25 a 0,45 m y la altura total de las columnas sería de 4,5 m. Columnas y estilóbato estaban construidos de caliza margosa rojiza de mala calidad que se exfoliaba muy fácilmente. El material de construcción del estilóbato procede del material estructural del primer palacio. En la esquina NO del patio se encontró el comienzo de un gran colector construido con bloques de piedra y con suelo de placas de esquisto. En el ala norte del palacio se encontró en pedestal sobre el cual estaba colocado la proa de un barco sobre la que, posiblemente, se encontrase una estatua de Demetrio Poliorcetes desnudo. El palacio parece que se abandonó hacia el 168 a.C. con el final del dominio macedonio. Entre la colina del palacio y la muralla sureste de la ciudad se extiende una zona plana que hoy está cubierta por campos de cereal, almendros y olivos. Se trata del ágora sagrada (11). En ella se encontraba el templo de Artemisa Iólkida que fue sacado a la luz a principios del siglo XX por Α.Σ. Αρβανιτόπουλος. En 1961, Δ.Ρ. Θεοχάρης excavó los cimientos del templo y realizó secciones arqueológicas en el sector oeste del ágora. El ágora estaba integrada en el planeamiento urbanístico de la ciudad. En el lado oeste de la plaza hay una hilera de tiendas divididas por muros que distan 7 m entre sí. Podemos pensar que frente a estas tiendas había stoas con columnatas. El templo se encontraba en la parte oeste del ágora, colocado de tal manera que su muro occidental distaba lo mismo de los lados del ágora que el norte y el sur. El muro que delimita el ágora por el norte se conserva sólo en la cara que mira al ágora, mientras que el correspondiente del sur se conserva en toda su anchura. Parece que los dos podrían tener el mismo espesor, esto es, 1,35 – 1,43 m y estar construidos con una superestructura de adobe. El muro oeste del ágora tiene una anchura de 1,65 m y está construido con grandes bloques de piedra al igual que los del palacio y los de las murallas de la ciudad. Del muro este no se sabe nada de su construcción y constitución. El templo de Artemisa Iólkida es pequeño, períptero y con unas dimensiones de 9,6 x 16 m. En la parte oeste se encontraron restos del pedestal donde, probablemente, estaba colocada la estatua de culto. El templo puede que fuera hexástilo de 10 x 6 columnas, con cella y pronaos. La fachada de esta última estaba formada por dos hastiales y dos columnas centrales. Es posible que los muros de la cella fueran de adobe. De la superestructura no se ha conservado ningún resto, aunque es de suponer que el templo fuera de estilo jónico. Durante la época helenística, la gente se había alejado del culto de los dioses olímpicos y se tendía hacia el culto de las deidades orientales del mundo subterráneo. En Dimitriás había un Serapeion para el culto de las deidades egipcias (Osiris, Serapis, Isis y Anubis) y otro dedicado al culto de la diosa Cibeles. En el sector oriental de la ciudad se ha excavado un edificio cuyos hallazgos tienen relación con el culto a Cibeles y otras deidades entronizadas con la misma como Afrodita y Perséfone. Eran las deidades llamadas σύνθρονοι o συνοδοί. El santuario de la Madre de los dioses (12) se excavó durante los años 1989/1990. El patio tenía un peristilo con cuatro columnas lisas en cada lado. Aquí se encontraba el pozo y un colector. En su lugar primitivo se encontraron ocho basas y seis tambores. Hay, además, bastantes trozos de capiteles dóricos. Los restos encontrados de figuritas y cerámica permiten datarlo como perteneciente al último cuarto del siglo III o el primero del siglo II a.C. En el cementerio sur Α.Σ. Αρβανιτόπουλος excavó un santuario de Afrodita en donde se la adoraba como diosa de los muertos con el epónimo de Pasikrata. Parece ser que era identificada con Perséfone. En el mismo templo se adoraba a Ενοδία Πατρώα que procedía de Ferés. Se la representaba a caballo o portando una antorcha entre sus animales sagrados, el caballo y la perra diabólica. Su culto tenía relación con el mundo subterráneo y la magia. También se adoraba en Dimitriás a Asclepio y a Igeía pero no se han encontrado restos de su santuario. En el sector oriental de la ciudad, un grupo de arqueólogos alemanes excavó en 1972 una zanja – almacén en donde se encontraban 35 figuritas. Consideraron que procedían del llamado Thesmoforio (15) pero aún no se han realizado excavaciones en la zona para confirmar tal hipótesis. El teatro (4) se encuentra al este del complejo palacial, sobre la actual carretera Atenas – Volos. Las investigaciones arqueológicas se han desarrollado en tres fases sucesivas: la primera a principios del siglo XX por Α.Σ. Αρβανιτόπουλος, la segunda durante la década de los 50 por Δ.Ρ. Θεοχάρης y la tercera desde 1986 hasta hoy en día. Su construcción se llevó a cabo a principios del siglo III a.C. (294 – 292 a.C.) y se han contabilizado cuatro fases de construcción hasta la segunda mitad del siglo IV d.C., cuando se abandonó definitivamente. La escena, que tenía dos pisos, al menos en la última fase, se divide en tres espacios. Cada espacio tiene acceso a través del proscenio. Los muros de la escena se conservan en una altura de 1 m e interiormente estaban enlucidos. Las fases más antiguas de la escena es imposible reconstruirlas a causa de falta de restos. Al oeste de la escena, a una distancia de 2,75 m, se encuentra la cimentación del proscenio. Su superestructura era dórica durante la época helenística, pero durante la época romana posiblemente se cambió por una jónica. La orchestra tiene un diámetro de 24,15 m y un suelo de arcilla apisonada con un colector perimetral para la recogida de aguas de lluvia. De los párodos de época helenística se han conservado solamente los umbrales de piedra de las puertas de doble hoja. El espectador accedía a la entrada monumental del párodo norte a través de una rampa. Las gradas estaban construidas con piedra de poros, aunque en la primera fila hay algunas de mármol gris. La parte superior de la cávea está atravesada por la zanja del acueducto romano que abastecía a la ciudad. Un altar cilíndrico de época helenística decorado con bucráneos y guirnaldas se encontraba en el centro de la orchestra. En la cumbre de la colina en donde se encuentra el teatro hay un monumento, el heroon (3), que posiblemente estaba destinado al mausoleo del fundador de la ciudad: Demetrio. Ha salido a la luz una parte de la antigua vía que conducía al monumento. La roca se talló para cimentar la construcción de 137 m de largo. Se han encontrado muchos trozos de la decoración, en mármol y de estilo jónico, del altar. La construcción nunca llegó a terminarse y quedo a medio terminar al igual que le sucedió con el mausoleo de Halicarnaso. Hay un espacio al norte del teatro, cuya forma de herradura invita a identificarlo con un estadio (6). El monumento no ha sido excavado por el momento. El muro sur se encuentra en parte bajo el firme de la carretera mientras que su esquina SE se ha localizado. La anchura del muro sur llega a los 2 m. La ciudad estaba construida de acuerdo con el sistema hipodámico, con parcelas rectangulares de 52 x 101 m y calles en dirección N – S y E – O. Han aparecido un gran número de pozos en la ciudad antigua al igual que de colectores, de sección circular o cuadrada, construidos de terracota con uniones entre tramos a base de bridas de plomo. Las casas seguían el esquema de la típìca casa helenística (5), con un patio central rodeado de habitaciones, que tenían suelos de mosaico en algunas ocasiones, y talleres. Las habitaciones y los espacios de recepción tenían un umbral de mármol, en algunas ocasiones vestíbulo y hogar en una de las esquinas. En el patio se encontraba el pozo. Un sumidero concentraba las aguas de lluvia que se evacuaban a través de un colector. En un lugar enlosado del patio estaba el santuario familiar con su altar tipo poyete. Durante la época helenística, los cementerios (18 y 19) estaban localizados en dos zonas, fuera de la muralla norte y de la sureste de la ciudad. Las tumbas helenísticas son casi siempre de tipo cajón construidas por con placas de mármol o de esquisto y con forma de cabaña, con techado cerámico, o de simple cista. Además, se han encontrado muy pocos sarcófagos y muy pocas urnas. Habitualmente contienen un solo cadáver, pero no son pocas las ocasiones en que nos encontramos con un enterramiento múltiple. Su orientación suele ser la E – O. Obras maestras de la pintura helenística son las famosas estelas funerarias de Dimitriás, muchas de las cuales se encontraron incrustadas en las torres de las murallas de la ciudad. Algunas han aparecido recientemente en las excavaciones del cementerio norte. Las primeras estelas se encontraron por Α.Σ. Αρβανιτόπουλος entre los años 1908 y 1920 durante las excavaciones de las murallas este y sur de la ciudad, dentro del relleno de las cinco grandes torres. La mayoría pertenecen a la tradición ática, ya que talleres áticos se trasladaron desde Atenas a Dimitriás después de la ley contra el lujo en los monumentos funerarios que promulgó Demetrio Falireos cuando ascendió al gobierno ateniense en 317 a.C. Muchas de estas estelas fueron reutilizadas, como lo demuestran los cambios que pueden observarse en ellas, ya sea de nombres, escenas, etc. Del estudio de los nombres que aparecen grabados se llega a la conclusión de que el 40% de los enterrados eran extranjeros, entre otros, soldados y oficiales del rey de Macedonia. Las estelas pertenecen a un periodo de tiempo de dos siglos: desde la fundación de la ciudad hasta principios del siglo I a.C.

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